Así son las visitas teatralizadas que ofrece la fundación 'Quito Eterno' en el Centro Histórico de la capital

Las leyendas y tradiciones que rodean al Centro Histórico de Quito lo transforman en un espacio enigmático, que atrae la curiosidad de quienes visitan el casco colonial.

Con sigilo, las iglesias, museos, plazas, monasterios, etc. guardan en sus entrañas esa parte mística. Para conocer más del pasado nada major que hacerlo con la guía de Quito Eterno. Es una fundación independiente que trabaja en proyectos culturales, a través de metodologías artísticas y pedagógicas, con el fin de generar reflexión, empoderamiento y convivencia social con la comunidad.

En Quito Eterno, las leyendas cobran vida por medio de cada personaje. Los atuendos de la época y hasta el sonido de la voz de cada intérprete ubican al visitante en otro tiempo, convirtiendo al recorrido en una gran aventura y en una experiencia exclusiva.

Quito Eterno tiene una programación regular los sábados en la tarde o en noche, con el programa ‘Rutas de Leyenda’. Organizan y desarrollan el recorrido teatralizado en un espacio patrimonial del Centro Histórico de Quito, donde se relata el origen y el contexto cultural en el que fueron creados los sitios patrimoniales y cómo han cambiado con el pasar de los años. Los personajes se construyeron después de un proceso de investigación. 

Los recorridos están dirigidos a instituciones educativas, empresas, familias, público nacional y extranjero.

Las propuestas escénicas incorporan todo el bagaje de 19 años de trabajo de Quito Eterno en la oralidad y el diálogo con otras disciplinas artísticas. “Buscamos acercar al público a una reflexión de su pasado, a sus memorias, patrimonios, conflictos, estereotipos y cómo estos se han convertido en retos para el presente”, mencionaron los integrantes de la Fundación.

Cada personaje desarrolla, a la perfección, su papel. Por instantes, los turistas olvidan el presente y emprenden un viaje al pasado. 

La beata, el diablo, el alma del purgatorio, la hierbatera, la chichera, el danzante, un poeta modernista, un barbero del siglo XVIII, Manuela Sáenz, Manuela Espejo, entre otros, forman parte de los personajes.

Con una risa irónica, con un traje negro y con un velo que cubre el rostro, la beata del siglo XIX, durante la visita al Monasterio de las Clarisas expresó: “Dicen que las almas se han quedado en la historia y este es uno de los lugares más antiguos que tiene la ciudad...”. 

Igualmente, ‘El Ángel Negro’ le cuenta que en el siglo XIX hubo una mujer presidenta del país. Se trató de Marietta de Veintemilla.

En cambio, con ‘Mishki Lab’, el laboratorio de lo sabroso conocerá el patrimonio alimentario de la capital por medio de las recetas antiguas, las de las abuelas; comidas que curan, plantas que sanan, por ejemplo. (I)