El Novillo de bombas es el alma de las fiestas de Mira en homenaje a su patrona. El vacuno lleva astas artificiales con fuego en sus puntas. Foto cortesía.

El Novillo de bombas de Mira es una fiesta tradicional que ha logrado visibilizarse a nivel nacional e internacional; vuelve después de tres años a esta localidad ubicada en el límite entre Carchi e Imbabura, a 102 km de Quito.

La expansión de la COVID 19 en Ecuador, en febrero del 2020, obligó a suspender este evento que en su última versión convocó a 10.000 personas, entre las que constaron turistas nacionales y extranjeros.

Mira es conocida como El Balcón de los Andes, denominación que surge por la inigualable y estratégica posición geográfica en la que se encuentra. Permite al viajero avistar desde las alturas andinas varias poblaciones de Imbabura y Carchi.

Este sábado 20 de agosto 2022 el Novillo de bombas de Mira empieza con el acarreo de la chamiza (ramas secas) y achupallas (planta andina), un pregón y ritual que se da en horas de la mañana para encender esta fiesta.

Varios agricultores vestidos con impecables trajes, jinetes y tractores acarrean gigantes arbustos que son acopiados en las haciendas de la zona y movilizados por las calles de la urbe hasta el estadio Galo Plaza.

Esta suerte de corso popular va acompañada de bandas de pueblo, comparsas, guitarras y danzas, que abren esta inédita jornada cultural, que es parte de la identidad de este pueblo, donde el genio mireño y ocurrencias son parte de la tradición, como indica Klever Carrera, gestor del Grupo Cultural El Mentidero.

La chamiza, achupallas y chilca arrastradas son apiladas en el centro de la cancha del estadio, material vegetal que en la noche al iniciar la jornada es encendido, formando una inmensa pira de fuego que ilumina el teatro donde varios espontáneos de la tauromaquia le sacarán varias capotadas al novillo que sale con los cuernos encendidos.

Fiesta del Novillo de bombas en Mira

Delegaciones barriales con trajes festivos, grupos de danza y más delegaciones desfilan y bailan con la chamiza.

El novillo y su función de magia

El Novillo de bombas de Mira es una función con cierto ingrediente de magia y emoción, donde el animal es el principal protagonista de esta corrida popular nocturna, única en el país y que dos veces al año es programada en esta pequeña población (febrero y agosto).

Los voluntarios que saltan al rectángulo del estadio, generan en el público angustia y gritos desesperados  cuando tienen que enfrentar momentos de apremio; aplausos cuando dominan el capote y les sacan unos contados lances, o simplemente se convierten en bufones cuando son golpeados o embestidos por esta bestia con luces, sacándole carcajadas al público.

El novillo es el toro al que le colocan previamente cachos artificiales sobre la cornamenta. Los cuernos añadidos tienen mechones elaborados con trapos, cera y sebo, que son las denominadas bombas.

Un grupo de vaqueros son los encargados de derribar al toro, atarlo a un madero para asegurarlo y hacer la ceremonia de colocación de las bombas, a las que luego les riegan diésel para prenderlas y soltar al animal.

El cuadrúpedo, anticipadamente es transportado en un camión desde una de las haciendas de este cantón del sur de la provincia de Carchi, donde crían este tipo de animales que no tiene contacto con personas. Es por eso que son señalados como salvajes.

Fiesta del novillo de bombas en Mira

El novillo es un toro joven que lleva fuego en la punta de sus cuernos y persigue a los presentes en la plaza.

Los espontáneos de Mira

El bovino es liberado con las astas artificiales encendidas, sujetado a extensos cabestros que son operados por fornidos campesinos que controlan los movimientos del vacuno a una distancia prudente.

Ellos evitan que no salga del improvisado ruedo, que no se dirija al público que está en las gradas o cornee a la gente que está dentro del rectángulo. Es personal experimentado en el manejo del lazo, que por muchos años y por generaciones efectúan estas labores, garantizando que no se presenten incidentes.

Muchas veces, estos rancheros han frenado que incontrolados toreadores embriagados sean corneados o embestidos; los voluntarios, que son preferentemente jóvenes, incitan al animal para que corra tras ellos, retándolo sin medir el peligro.

Algunos superan la velocidad del novillo; otros, en cambio, son alcanzados y corneados, provocando tensión y risas en la emocionada multitud.

Los asistentes, a los acordes de una banda de pueblo, disfrutan de esta distracción, que se complementa con el lanzamiento de coloridos globos encendidos, fuegos artificiales, castillo, show musical y baile popular. Así de alegre y muy concurrida es la fiesta tradicional del Novillo de bombas de Mira.

Esta aparente corrida, como manifiestan en la jerga taurina, logra un lleno hasta la bandera, siendo aconsejable ir al escenario tres o cuatro horas antes para lograr un espacio en los graderíos. José Luis Mafla, fotoperiodista del lugar, cuenta que en algunos pueblos de España se realizan fiestas similares de tauromaquia con fuego. En Mira, es el único lugar en Ecuador donde se práctica esta corrida.

Unidad y alegría por el novillo

Fiesta del Novillo de bombas en Mira

Grupos folclóricos participan del desfile de acarreo de chamizas. Uno de esots es el Grupo Cultural  El Mentidero.

Una de las particularidades del Novillo de bombas de Mira es que visitantes y lugareños se confunden en medio de una agenda gastrodiversa, espectáculos, risas, bebidas nativas como el tardón, anécdotas y bastante algarabía, en una población donde normalmente se respira un ambiente de tranquilidad, silencio y paz.

Wilson Revelo, funcionario público del cantón, reconoce que la ciudad se transforma este día, ya que resulta estrecha debido a la multitudinaria presencia de mireños residentes en otras ciudades; visitantes de Tulcán, San Gabriel y El Ángel; y turistas de Ibarra, Quito, Ambato, Guayaquil, Colombia, Estados Unidos y Europa.

Campo Andrade, conocido agricultor, confiesa que aprovechan estos días para reencontrarse con sus paisanos que viven en otras latitudes y asegura que es la mejor ocasión para retribuir a la tierra por las buenas cosechas.

Este cantón, considerado como la capital del aguacate, donde más del 90% de la población se dedica a la agricultura, agradece en esta fecha a la patrona religiosa del sector, la Virgen de La Caridad, evidenciando que es un pueblo con gran vocación religiosa.

El Novillo de bombas de Mira es la programación central de las fiestas en honor a la Chamizudita, como nombran también a la santa de este lugar, por lo que el sociólogo Ramiro Cabrera sostiene que esta festividad está relacionada con lo religioso y lo pagano.

Cecilia Ramírez, cronista de la ciudad y escritora popular, en sus libros rescata leyendas, dichos, canciones, adivinanzas, cuentos del sector y califica como fiesta impactante a la lidia del Novillo de bombas de Mira, que se realiza las vísperas de la celebración de la virgen. (I)

El tardón de Mira, el aperitivo infaltable de las fiestas

El tardón mireño es la bebida tradicional de este cantón, un brebaje exquisito y dulce, en el que prevalecen el licor extraído de la caña de azúcar, el jugo de naranja y el secreto del genio y humor de quienes lo preparan.

Acudir al Novillo de bombas o visitar Mira y no probar este néctar es como no haber llegado, dice José Luis Mafla, quien es parte de una familia que por tradición elabora este licor emblemático de esta tierra. Su padre, José Félix Mafla (+), fue un referente en la elaboración del tardón.

Tardoncito, una de las primeras marcas en el mercado, fue promocionada por don José Félix, quien se caracterizó por su amabilidad, carisma y amor por su tierra. En los inicios, cuando emprendió para promover el producto embotellado, ofrecía degustaciones a los visitantes y amigos.

Con el tiempo fue creciendo su emprendimiento que actualmente está posicionado, incluso envía bajo pedido a los ecuatorianos residentes en Estados Unidos y Europa, quienes valoran su presentación y saborcillo.

Contaba en vida que, cuando se inició, utilizaba una infraestructura rústica y artesanal, con el tiempo fue tecnificando su negocio, logrando hace varios años cumplir con los estándares de calidad exigidos por las autoridades de control, etiquetado y presentación.

Los primeros tardones los mireños los hacían en las casas, días antes de una fiesta o reunión, toda la familia se reunía para exprimir las naranjas, preparar los ingredientes y en gigantes ollas verter el resultado final.

Fiesta del Novillo de bombas en Mira

Félix Mafla (+) es uno de los que convirtió al tardón mireño en un licor con etiqueta y el producto se empezó a exportar.

El licor lo traían de las haciendas de El Cabuyal y Santa Ana, las naranjas las obtenían en la hacienda Tulquizán, el azúcar en Ibarra, y el secreto, que hasta ahora no se revela, era colocado en la parte final de la preparación.

La aparente suavidad de este extracto hace creer que se trata de un refresco, pero después de unas botellas el cuerpo comienza a sentir los estragos de los grados de alcohol que tiene, generando cierta sensación de sueño.

El viajero, al despedirse de Mira, maravillado por el rico aroma y sabor decide adquirir dos o tres botellas que son el mejor recuerdo que se lleva de esta hermosa tierra carchense a la que después se vuelve. (I)

Compartir

Compare Listings

Título Precio Estado Tipo Superficie Uso Habitaciones Baños