La cabina de la lancha Ángel Kellie es espaciosa. Tiene dos filas de asientos pares, cómodos, con una separación que permite extender las piernas y los brazos, recostarse y tener un viaje placentero entre las islas Santa Cruz y San Cristóbal, en Galápagos. Antes del zarpe, y mientras un miembro de la Armada del Ecuador verifica que todos los ocupantes tengan su chaleco salvavidas, el capitán, William Méndez, da la bienvenida y reparte un snack.
La embarcación es parte del grupo de casi 40 lanchas que prestan servicio diario de la isla Santa Cruz a Isabela, San Cristóbal y Floreana, con turnos de ida y regreso, la mañana y la tarde. La mayor parte de los ocupantes son turistas.
La Ángel Kellie sirve entre Santa Cruz y San Cristóbal. Sale de esta última isla a las 07:00 y retorna a las 15:00, hora de Galápagos (una hora menos del continente). Con este modelo exitoso damos inicio a una serie que mostrará los emprendimientos turísticos ejemplares del 2024 en Ecuador y que llevará, en el cuatro trimestre, a elegir los tres mejores del presente año.
Asientos cómodos y una cabina totalmente cubierta permiten un viaje placentero en la lancha Ángel Kellie.
Embarcación marca diferencia
Pero Ángel Kellie no es una lancha más del grupo de ferris de Galápagos. Esta ha revolucionado la transportación interislas, ya sea por la comodidad que brinda al pasajero, como por el uso de tecnología, diseño aerodinámico, capacidad, potencia y velocidad.
Por ejemplo, el tiempo promedio de viaje en las lanchas que cubren Santa Cruz-San Cristóbal es de dos horas y 15 minutos; la embarcación de Viamar demora solo una hora y 45 minutos.
Al frente de la empresa que maneja esta ejemplar unidad de transporte por mar están los esposos William Méndez y Amparito Aguirre, junto con sus hijos. La pareja es un caso de migrantes que llegaron del Ecuador continental y se abrió paso a aportar por el desarrollo de las islas.
Los Méndez Aguirre empezaron en la transportación marítima de Galápagos en 2009, con una embarcación de 10 pasajeros, aquellas en las que al final del viaje el pasajero terminaba molido, por el golpe de las olas, y mojado, porque el agua salpicaba hacia los asientos.
Los esposos Amparito Aguirre y William Méndez empezaron a servir en Galápagos con una lancha de diez pasajeros.
La clave es la experiencia
Ha sido fundamental la experiencia en el mar de más de medio siglo de William, quien llegó a Galápagos de la mano del vicealmirante retirado Carlos Gálvez para laborar en el yate Amigo 1. Igual ha sido clave el apoyo de Amparito.
Ella afirma que siempre piensan en mejorar el servicio, pues las lanchas son el principal medio de transporte entre las islas de Galápagos.
“Viamar es innovación. Somos los únicos en dar un snack para el viaje. No solo es cuestión de embarcar y cobrar, sino pensar en el pasajero. Contamos con un capitán que tiene rango de patrón y dos marineros. Ahí se los ha integrado a mis hijos”, relata Aguirre.
En Galápagos se maneja un marco legal muy estricto, con mucho cuidado en lo ambiental. “Hay que ir de la mano entre la tecnología y el ambiente. Nosotros tenemos motores ecológicos. Hay que tener armonía con el ambiente porque Galápagos es delicado”, menciona.
Cuatro motores la impulsan
Erick Méndez es el capitán de la Ángel Kellie. Señala que la embarcación cuenta con modernos equipos de navegación.
Erick Méndez es uno de los hijos de William y Amparito y hace de capitán de la Ángel Kellie. Para él, la motivación ha sido mejorar el transporte marítimo en Galápagos y en Viamar llevan un permanente proceso de transformación.
Muestra los equipos de navegación y da cuenta de que la embarcación tiene 16 metros de eslora y cuatro de manga. “Es espaciosa, segura y estable”. Tiene una capacidad para 43 pasajeros y una potencia de 1.200 caballos de fuerza, con cuatro motores de 300 HP.
Son dos pisos. En el primero está la cabina principal con asientos acolchados; en la parte alta, la cabina de mando y hay un espacio para cuatro pasajeros. Dos extranjeros van en uno de los viajes y ellos resumen el sentir de los viajeros, dicen que aman viajar en la Ángel Kellie.
“Un viaje entre islas es más cómodo y rápido. Esta es veloz y segura. Además de la potencia, nuestros equipos de comunicación, navegación y rastreo satelital son modernos… Es hecha en fibra de vidrio, para navegación en alta mar, tiene diseño aerodinámico, estable”, recalca el capitán de la Ángel Kellie, cuyo nombre se lo puso en homenaje a una niña fallecida de la familia.
Motivación para mejorar
El modelo y diseño ha sido inspirado en naves de algunas partes del mundo, a lo que se ha agregado los requerimientos locales. Un dato importante es que se trata de fabricación nacional, fue hecha en Anconcito, Santa Elena, por el maestro Walter Alcívar. Tuvo un costo que redondea los 280.000 dólares.
Erick Méndez destaca que lo hecho por su familia ha motivado a los otros transportadores, quienes también apuntan a modernizar sus naves. Y Viamar ya piensa inclusive en una más grande.
De eso está seguro William Méndez, para quien lo fundamental es brindar un buen servicio. Da un consejo para todos: “Hay que tener constancia y amor al trabajo. Si se lo tiene, el futuro es de éxitos”. Y el éxito está a la vista.
Claves del transporte insular
Viajes entre islas
El servicio de lanchas, conocidos también como ferris, es el principal y casi único sistema de conexión entre las islas de Galápagos. Hay vuelos en avionetas, de San Cristóbal a Isabela y Baltra, y de Baltra a Isabela.
Las rutas y frecuencias
Los viajes son diarios entre Santa Cruz y San Cristóbal e Isabela. Las lanchas salen a las 07:00 y retornan a las 15:00. A Floreana viajan dos días por semana. No hay ruta directa entre San Cristóbal e Isabela, en este caso debe el pasajero ir a Santa Cruz y de ahí ir a isabela.
Costo por pasajero
El valor del transporte interislas en lanchas en Galápagos es actualmente de 30 dólares por pasajero por ruta. La venta de boletos se hace en agencias operadoras para comprar con anticipación, pues hay días en que la demanda es alta, por la presencia de turistas. (I)
