Ingapirca tiene fama mundial. Viene desde la época preincaica, desde los cañaris, y hoy recibe cada día a turistas de todo el mundo. Llegar a este complejo arqueológico es regresar e identificarse con el pasado de hace siglos, es ver sus restos arqueológicos, parte de sus edificaciones conservadas. Para quien va desde el llano, de temperaturas cálidas, es también ir a temblar de frío, si no está bien abrigado, es recibir el viento gélido en el rostro y hasta sufrir los efectos de la altura, pues se halla a 3.160 metros sobre el nivel del mar.
Pero vale la pena. Es una experiencia inolvidable, como dice Joffre Pin, un guayaquileño que a inicios de este 2022 visitó el sitio en grupo de 12 personas entre familiares y amigos.
Ingapirca es un destino que está en la retina de los habitantes de las provincias de Guayas, Los Ríos y El Oro, por no ser muy distante. En el caso de Guayaquil, está a unas tres horas y media de viaje en carro, por la vía Durán-El Triunfo-La Troncal-Cañar. La palabra Ingapirca viene del kichwa y significa muro o pared del Inca.
Hay cuatro espacios para disfrutar. El primero, el área de llegada afuera del complejo, donde están los parqueaderos de vehículos y los locales de venta de artesanías y comida típica. Los platos, como fritada, seco de gallina, caldos y almuerzos se ofrecen desde $ 3. Allí también se ha improvisado un columpio colgado de árboles que se mece hasta una quebrada.
Ya en el acceso mismo, junto a las oficinas de administración, está la sección de artesanías. Son doce puestos donde se ofrecen llaveros, pulseras, bufandas y prendas de vestir con diseños tradicionales, entre otros artículos que van desde $ 2 en adelante.
El tercero y principal espacio es en sí las ruinas, con el templo solar incaico que domina en la parte alta de la montaña y que es una especie de mirador. Hay senderos donde los guías explican acerca de las parcelas, el reloj solar, las piedras talladas y su significado. En sí fue un observatorio astronómico del movimiento del sol y la luna, fue además un espacio sagrado dedicado al culto de sus dioses construido por los incas sobre las bases de un primer asentamiento cañari. Hay un sendero adicional para ver otras reliquias. El museo es el cuarto componente.
Lo que ofrece la administración
Marco Velecela, director del Complejo Arqueológico Ingapirca, detalla que previo al ingreso del recinto se encuentra el museo arqueológico de sitio, en el que el turista podrá acceder libremente a cuatro salas que exhiben alrededor de 170 piezas arqueológicas, a través de las cuales se narra la presencia cañari e inca en el territorio, además de etnografía, gastronomía, vestimenta y patrimonio sonoro de la época. Como mínimo la contemplación del sitio puede tomar unos 30 minutos.
El acceso al complejo propiamente dicho se hace por grupos. Cuando cancela el valor de entrada le dan la hora aproximada del inicio del recorrido. Los grupos son de 30 visitantes, señala Velecela: “En unos 45 minutos, nuestros guías conducirán a los turistas dentro del sitio, explicando la historia o significado de cada representativo, hasta ahí llega el trabajo de ellos”.
Continuando con la travesía, locales y extranjeros tienen la posibilidad de realizar caminatas por el sendero del “Inti Huayco”, acompañado de una serie de elementos arqueológicos con dirección a la nombrada “Cara del Inca” por espacio de unos 40 minutos. Ese recorrido hay que abonar un valor adicional.
Templo del Sol en Ingapirca, la más importante ruina arqueológica que hay en el Ecuador. Foto Turisec.
Apoyo de EE.UU. e inicio de recorridos nocturnos
El administrador Velecela da cuenta que gracias al concurso mérito de la Arqueología realizado por la Embajada de los EE.UU, Ecuador se hizo acreedor de $ 198.000 para el Complejo Arqueológico de Ingapirca, valor que es utilizado para la mejora y conservación de la infraestructura del Templo Sol de la Elipse. Y si de mejoras se trata, los miembros del complejo están considerando caminatas nocturnas a la luz de la luna o las estrellas.
Costos
“Con precios módicos de $ 2 los adultos, $ 1 estudiantes y sin costo alguno para niños, tercera edad y personas discapacitadas, podrán ser parte de una nueva aventura de dos horas 15 minutos, en la que conocerán hasta el último atractivo del lugar”, afirma Velecela. Esos precios se cancelan de entrada también el día.
La compra de los tiquetes de entrada al sitio arqueológico se realiza en una ventanilla ubicada en la edificación administrativa y ahí le dan la hora aproximada de ingreso. Mientras espera, el visitante puede acceder al museo. (I)
Ingapirca muestra la fusión de dos grandes civilizaciones: la de los incas y de los cañaris. Foto Turisec.
Reservar visita, opcional
En total, un 92% de visitantes locales y 8% de extranjeros hacen su pasada por Ingapirca, de miércoles a domingo, en horario de 09:30 a 16:30. Para asegurar la entrada lo recomendable sería hacer una reserva previa con un formulario accesible en la página de Facebook:
https://m.facebook.com/pg/complejoingapircaoficial/posts/
Si el turista no ha reservado el acceso, al llegar al lugar deberá esperar su turno.
Formas de llegar
- Se puede hacerlo vía aérea hasta Cuenca y de ahí tomar bus hasta la parroquia El Tambo el cantón Cañar, por menos de $ 5 y alquilar una camioneta, entre $ 5 y $ 10.
- De Guayaquil es un trayecto de 180 kilómetros por la ruta Durán-El Triunfo-La Troncal-Shud-El Tambo. De ahí se ingresa por una vía asfaltada.
- De Quito toma al menos 7 horas de viaje.
Hospedaje
En la parroquia El Tambo de Cañar hay al menos una docena de hoteles y hostales a precios que van desde $ 10 por persona hasta $ 30. Uno de estos es el hotel central, en la vía Panamericana, a una cuadra del mercado. Las habitaciones tienen baño privado con agua caliente, TV, wifi y por grupos cobran a $ 10 por persona, en habitaciones matrimoniales, dobles o triples. En el cantón Cañar, a 20 minutos de El Tambo, también hay hoteles.