A máximo una hora y media de Guayaquil hay un mirador de ensueño. Se halla en la parte alta de La Troncal, en la vía que se dirige a Shud y Azogues, y desde allí, con un clima templado se puede apreciar la extensa planicie costera, sus poblaciones, ríos y, con buen clima, hasta el Pacífico.
Si bien hay algunos miradores en esta zona de La Troncal, aquel denominado por su propietario, Alonso Morocho, como Gran Mirador, es un espacio que se complementa con un paradero donde se ofrece comida, bebida y hasta espacios para hacer camping.
Morocho lo ha denominado Gran Mirador, pues está en la punta de una colina desde donde la mirada no encuentra obstáculos, salvo si hay nubosidad.
Desde ese mirador al occidente se contemplan la parroquia Cochancay, la cabecera cantonal de La Troncal y otras poblaciones como El Triunfo. Se ve el serpenteo de los ríos Bulubulu y Cañar, los cañaverales, bananeras y otros cultivos. Si el cielo está despejado también se podrá deleitar con la caída del sol en el Océano Pacifico.
Vista de ensueño
Una vista privilegiada de 360 grados ofrece a los visitantes el Gran Mirador. Allí hay aire puro, paz y tranquilidad.
Este escenario es parte del corredor turístico del pueblo Cañari y se ha convertido en el sitio favorito para los amantes de la naturaleza. Por las mañanas se puede contemplar con facilidad la flora y fauna de la zona y durante el día se hace práctica de parapente.
Por las noches, luego de disfrutar la caída del sol y el anochecer, los turistas hacen amenas reuniones y se instalan para hacer camping. Hay un espacio amplio para la instalación de carpas.
En el local de Morocho, adecuado como bar restaurante, se sirve café caliente y comidas rápidas mientras se ve en la planicie los poblados iluminados. Todo esto se fusiona con su clima templado, bosque húmedo tropical y estratégica ubicación a 8.090 metros sobre el nivel del mar.
“Vengan y pasen una jornada espectacular con la familia. Si están de pasada, este es un lugar de descanso para respirar aire puro”, asegura Alonso Morocho.
Este sector es además ideal para la observación de aves, cuyo canto se escucha con un eco que acalla el sonido del viento, sea por las mañanas o al atardecer.
Un paseo completo
La fritada es uno de los platos que se oferta en la vía a Cañar, sobre todo en la población de Shud.
Morocho indica que el Gran Mirador es uno de los pocos observatorios turísticos naturales de La Troncal, que acerca y sensibiliza a la población sobre el paisaje.
Él pone a disposición comodidad para los visitantes. “Ofrecemos un menú corto, pero muy sabroso con comida típica andina como es nuestro café, símbolo de nuestro lugar. También hay chocolate, patacones con queso y papas con pollo a precios cómodos”, señala el propietario.
Además del Gran Mirador, La troncal, Cochancay y toda la ruta a Azogues y Cuenca tiene una serie de maravillas para un paseo de ida y vuelta en un día o de dos o más días desde Guayaquil. En Cochancay hay hostales con piscinas, balnearios naturales a orillas del río o construidos para el deleite de los visitantes.
Los precios de los hoteles en esta población van de $ 12 por persona la noche Hay restaurantes que ofrecen comida de la Costa y la Sierra. Uno bien puede saborear una cazuela como mote con fritada.
Y si se avanza hacia Cañar, a unos 50 minutos del Gran Mirador está el sector Shud, donde converge la carretera Panamericada que va de Cuenca a Riobamba. Allí es típica la fritada, con choclo, mote, papas y plátano maduro fritos. Los platos cuestan de $ 3 en adelante.
Por esta ruta se puede seguir hasta Ingapirca; visitar el santuario de La Nube, en Azogues, y llegar a Cuenca.
Ubicación
El Gran Mirador está a menos de una hora y media de Guayaquil y a dos horas desde Cuenca. Desde Guayaquil se avanza a El Triunfo y se toma el paso lateral que lleva a La Troncal y se sigue la vía que va a Cañar, por Cochancay. La vía está en buenas condiciones. (I)