Sin duda alguna, el turismo es uno de los sectores más afectados por la últimas medidas sociales y económicas contra el crimen organizado. Es evidente que estamos en un sector reactivo, temeroso y desconfiado de territorios en crisis, más aún cuando la prensa amarillista inunda titulares a nivel nacional e internacional.
No podemos cortar fácilmente el lastre que llevamos desde la pandemia, cuando a Guayaquil se la declaró como la ciudad más peligrosa del mundo, alimentado últimamente por este cúmulo de noticias que lastimosamente no ayudan a construir un sistema comunicacional ético, cauto e informado e inundado en muchos casos de noticias falsas, no contrastadas o sobre magnificadas, que son replicadas sin ni siquiera pensarlo por una población sumida en la incertidumbre y el miedo.
Reflexiones a tomar en cuenta
Frente a la realidad que vive el turismo en el Ecuador, hay algunas reflexiones y propuestas que dejo a su criterio señor Presidente:
1. Se debería revisar la propuesta de fortalecimiento y auspicio a la creación de nuevas empresas turísticas, tomando en cuenta que este sector se encuentra en el tercer puesto en número de empleos creados de forma directa e indirecta en el país.
Para ello, bajar la base imponible de inversión definida en la Ley Económica Urgente para la Generación de Empleo y así, quienes pongan su capital puedan tener incentivos fiscales y priorizar al sector como estratégico para el contrato laboral joven. Además, tomando en cuenta que el 98% de las empresas turísticas son Pymes y no muchas superan los 100.000 dólares de inversión, que se han tomado como base para acceder a los beneficios.
2. Datos mundiales establecen que el turismo es un gran empleador de jóvenes y de mujeres. Es un sector donde mayoritariamente se cumple la relación 1:1 de empleo entre hombres y mujeres. Al mismo tiempo ha sido el primer trabajo para muchos jóvenes, que deben estudiar a la par, o para aquellos que no tienen formación de tercer o cuarto nivel.
Es por ello por lo que los beneficios de contratación contemplados en la ley para el sector turismo son claves, donde además se podría dar un incentivo adicional si muchas de estas contrataciones son a jóvenes profesionales graduados en el área de turismo de institutos técnicos, tecnológicos y universidades, fortaleciendo el principio de profesionalización que redunda indudablemente en la calidad.
3. Se debe trabajar en la conformación de un Comité de Crisis permanente para el sector turístico, mismo que entre otras funciones debería establecer una agenda transversal de trabajo en varios aspectos. Entre los más destacables estaría el trabajo con medios de comunicación para que las informaciones sean puntuales y centradas y que además se de espacios similares a temas de interés sectorial.
Otro elemento bien puede ser la definición de propuestas innovadoras, como la creación de la Policía Turística Nacional, como un cuerpo de élite, que rompa la temporalidad y cambio que sufren los agentes policiales y permita la creación de una persona orientada a la vigilancia turística, con habilidades, conocimientos y aptitudes que permita su mejor desempeño. Y de esta forma, otros varios que pasan por varios temas que alimentan el morbo de la prensa internacional y que no son consecuentes con el asertividad del caso.
4. Finalmente, en estas reflexiones, está la posibilidad de exigir obligatoriamente a todos medios de comunicación a nivel nacional, en sus diversas formas y plataformas, el destinar espacios para mostrar el país que nos enorgullece y al cual amamos profundamente. Es ser parte de una cruzada que alimente la cultura turística de los ecuatorianos y que al mismo tiempo resalte espacios que esperan del turismo como una fuente de desarrollo.
Es exigir el contrapeso a la carga negativa y amarillista de muchos titulares, hacia un momento de educación colectiva, que nos haga entender que todos somos corresponsables de la construcción de la imagen del Ecuador.
Ir a la frontera, con todo
Sin duda alguna, hay mucho por hacer, especialmente en territorios en los que el Estado debe hacer presencia inmediata, como es el caso de la bella Esmeraldas, donde la inversión turística está entre las principales del país. Sobre esta frontera comparto lo que escribí hace ya unos años, pues reconozco que este no es un problema imputable a su gestión, pero que si magnifica como debe ser la intervención territorial de forma integral:
¡Hay que ir a la frontera con todo!
Por supuesto, hay que ir con todo. Con escuelas, con agua potable, con planes de vivienda, con ayuda para los pequeños agricultores y pescadores, con planes para proteger las hermosas culturas como los Awa, Afroecuatoriana y Chachi, con un plan para proteger los últimos remanentes de los manglares más altos del mundo, con un museo de sitio en La Tolita para resguardar nuestra memoria, con un plan para que la zona rural no sea nunca más excluida, con un amplificador para que suene desde lo alto la marimba de Papá Roncón...
Definitivamente hay que ir a la frontera con todo, pues si solo vamos con armas no habrá mayor cambio. Mucho tiempo perdido, debemos ir urgentemente.
Señor Presidente, Daniel Noboa, vamos con todo, vaya acompañado por un turismo que puede llegar a las zonas más deprimidas y trabajar desde lo comunitario en la construcción de nuevas realidades, con una propuesta que convoque y no estigmatice, con la esperanza de un desarrollo humano sostenible y con bases sólidas. Vamos al encuentro donde aún hay esperanza y hermanos ecuatorianos que sueñan con un presente mejor. (O)
Autor: Dr. Enrique Cabanilla
- Docente- Investigador ecuatoriano, quien ha desarrollado procesos relacionados a la academia, vinculación, investigación y consultoría en varios países latinoamericanos como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Perú, Nicaragua, Guatemala, entre otros.
- Maestría en Gestión del Desarrollo del Turismo y un Doctorado en Geografía en la Universidad Nacional del Sur, Argentina.
- Cuenta con más de 100 publicaciones entre artículos, libros, conferencias y manuales relacionados con diversos temas del sector.