La inseguridad restringe al turismo en Guayaquil, sobre todo por las noches. Las noticias de asesinatos, robos, asaltos y otros delitos en distintas zonas golpean gravemente a sectores dedicados a recibir visitantes.
Pese a que hasta hace semanas atrás, la alcaldesa Cynthia Viteri y otras autoridades locales minimizaban el accionar delictivo en zonas icónicas, la misma Viteri dijo la noche del lunes que en la ciudad reinaba el miedo, al exigir acciones del Gobierno de Guillermo Lasso contra la delincuencia.
Antes de aquel reclamo de la alcaldesa, el grupo Somos Hoteleros tomó una medida radical para protegerse y proteger a los visitantes. En sus redes sociales, la agrupación señaló que cerca de 70 miembros del gremio hotelero han decidido modificar la tradicional atención 24/7 (24 horas, siete días a la semana) a un servicio de solamente hasta las 20:00.
Santiago Jiménez, miembro del sector hotelero de Guayaquil y activista de Somos Hoteleros, asegura haber sentido la obligación de cerrar las puertas de su establecimiento horas antes de lo común. "Partiendo desde la inseguridad, nosotros no sabemos si alguno de nuestros posibles huéspedes, que vengan en horas de la noche, a lo mejor tengan antecedentes penales, quieran robar o asaltarnos. En repetidas ocasiones ya ha pasado, la medida es para evitar o sacarnos de ese riesgo”, menciona.
Ya desde el 10 de abril, en una entrevista con TURISEC, representantes del sector hotelero exigían acciones conjuntas de las autoridades para que a Guayaquil no le afecte estar en el top de las 50 ciudades más violentas, según un informe internacional. Pero las peticiones han sido vanas hasta el presente.
Mediante posteos en redes sociales, la agrupación Somos Hoteleros señaló que ciertos hoteles cierran a las 20:00
El hotelero exterioriza otro hecho real al que él y demás empresarios han enfrentado por un largo tiempo. “Por la inseguridad asaltan el lugar y el delincuente manipula al trabajador de turno, yo como responsable debo asumir los gastos. Claro está que a nosotros las entidades públicas ni siquiera nos perdonan, si le pasa algo al empleado, pierdo una plaza de trabajo, de ahí que debo contratar a otro y sube el costo a raíz de la inseguridad”.
Reitera que la reducción de horarios fue una decisión conjunta del gremio. Él asume que la acción no es un acto de rebeldía, de lo contrario es una puerta para salir de la inseguridad. Asimismo espera que a futuro sea posible un nuevo dialogo con las autoridades competentes.
Pero Holbach Muñetón, presidente del Federación Nacional de Cámaras Provinciaes de Turismo (Fenacaptur), difiere sobre esta medida, puesto que desfavorece al turismo o estadía de nacionales o extranjeros en Guayaquil. Él puntualiza que después de esta reacción habría que dialogar e investigar quienes son los 70 hoteles que cierran sus puertas antes de la hora estimada.
Recuperar al turismo como sector más golpeado después de la pandemia es un propósito de largo plazo. Sin embargo, ya no solo es el panorama de la crisis sanitaria lo que desfavorece a la reactivación total, sino también la incertidumbre de la inseguridad que desfavorece el deseo de emparejar a años atrás, refirió.
Otras motivaciones
Santiago Jiménez afirma que otras de las razones para ejecutar la medida del cierre a las 20:00 es alcanzar una reducción de costos.
Añade que al término de costos también se incluye los pagos al SRI, Municipio de Guayaquil, IESS y servicios básicos mensuales. Estos se transforman como en un volumen de carga, a la par de la delincuencia. Por empatía los gobiernos deben brindar sensación de tranquilidad en empresarios, turistas locales y extranjeros, agrega.
“Nosotros venimos arrastrando deudas previo a la pandemia, que en su punto alto afectó al turismo como medio de ingreso del que subsistimos. El sector se quiere levantar, pero es un hecho que no llegamos a ese equilibrio y los valores mensuales están ahí. Si no se paga nos cae encima un juicio de coactiva o demás trámites con relación a este servicio formal”, sostiene.
“Aquí aplica que ya cuando pasan sus horas de trabajo, se pagan horas extras o a lo mejor se opta por más personal de trabajo, algo que es imposible porque a falta de ventas no hay como recompensar su servicio”, dice Jiménez.
También culpa a la informalidad en los servicios de hospedaje para estar en crisis y cerrar temprano. “Ellos (dueños de casas o departamentos que se anuncian en plataformas mundiales) no pagan absolutamente nada. IIncluso no tienen que lidiar con la delincuencia porque el trámite es por una red social. Son escenarios o canales diferentes, cuando nosotros nos exponemos al abrir las puertas de un hotel u hostal 24/7 con la expectativa de una nueva realidad”, expresa el activista hotelero. (I)
