Al notar la presencia de una resaca al estar en el mar, si sabe nadar déjese llevar hasta la cabecera de la corriente de resaca, donde la velocidad es mínima, y después nade en dirección inclinada hacia la orilla. Foto ilustración, Daniel Guevara.

Actualmente en el Ecuador no existen cifras  sobre ahogamientos por resacas en el mar. Pero este es un problema serio y no hay que descuidarse, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) da cuenta que el ahogamiento en el mar constituye la tercera causa de muerte en el mundo. Alrededor de 236.000 personas fallecen por año, según el organismo.

Daniel Guevara, guía turístico de la provincia de Santa Elena y quien en sus tiempos libres se dedica al estudio de la cultura marina, advierte que es fundamental tomar en cuenta que los turistas locales y extranjeros se ahogan en el mar no por causa de las olas, sino más bien por las corrientes de retorno conocidas como resacas.

Él, con base a su experiencia, agrega que las denominadas resacas de mar se desarrollan más durante la época de aguaje, etapa que coincide muchas veces con los feriados o el invierno, cuando acuden más bañistas a los balnearios. Durante este tiempo se debe evitar el ingreso al mar, ya que las aguas se tornan “bravas” y en las orillas de algunas playas se visualizan rocas filosas o resbalosas que dejan como consecuencia accidentes que causan muertes.

Guevara pone como ejemplo dos playas vecinas. A cinco minutos de la concurrida playa de Chipipe, en Salinas, se encuentra otra geografía diferente de nombre Mar Bravo, en la que no se desarrolla el sector turístico.

Allí abundan las resacas o remolinos. “Allí las olas salen a la orilla, no rompen al fondo del mar. Es decir, esas olas son gruesas, masivas, que producen gran cantidad de agua o masa que bota a la persona hacia la orilla, pero cuando regresa la arrastra como un río y la ahoga”, afirma.

Cita que existen otras playas que presentan peligro en la península de Santa Elena, como la playa Cautivo, del cantón Libertad; la conocida playa de Montañita, de la que los surfistas aprovechan sus olas, aunque no todos pueden dominar la intensidad de las mismas y una mayoría no pone interés en seguir las indicaciones de los socorristas con la exposición de banderas rojas o amarillas y carteles en las zonas de corriente.

Así se identifica una resaca

Guevara señala que los turistas deben identificar la corriente de resacas del mar, a través de sencillas revelaciones: “Es como un río, van a darse olas chiquitas, corriente o fuerza entrando al mar. Hay veces que tiene la espuma blanca por el oleaje y otras veces, cuando ya es muy fuerte, se verá como un río de arena. Esta no es ancha, mide unos diez metros hasta un kilómetro mar adentro, pero cuando pierde fuerza se encuentra con la otra corriente y se forma un remolino con similitud a un brócoli”.

El guía detalla que otra de las formas para identificar resacas es por medio del cuerpo. Uno siente que se está introduciendo hacia adentro del mar.

Incluso recomienda que la forma más consciente de tener contacto con el mar se basa en nadar máximo hasta la cintura, aunque en el caso de ser sometidos por las resacas lo oportuno será mantener la calma y conservar energías o flotar, luego nadar unos 20 metros a la derecha y bajo discernimiento.

"Si somos buenos nadadores, podemos dejarnos llevar hasta la cabecera de la corriente de resaca, donde la velocidad es mínima, y después nadar en dirección inclinada hacia la orilla. Los canales de resaca son también un riesgo para los bañistas que no sepan nadar, ya que pueden perder pie al andar por el agua paralelamente a la orilla", explica Daniel Guevara.

El guía, reconocido como héroe

Daniel Fernando Guevara Gavilanes

El Ecuador cuenta con seis nuevos héroes y heroína nacionales, uno de ellos Daniel Fernando Guevara Gavilanes. 

Daniel Guevara comparte una de sus más gratas experiencias, en las que como voluntario se motivó a salvar la vida de un turista. “Por el año 2018, un bañista fue arrastrado y lo llevó la corriente a 1.5 kilómetros mar adentro. Entonces, como no hubo salvavidas, ingresé en un tabla de surf, de lo que señalo no soy rescatista, menos surfista. Recuerdo que después de una hora llegué con una vida en mis brazos”, expresa con orgullo.

Es esta la principal acción por la que tiempo después lo impulsa a producir contenido en redes sociales con relación a temas de rescate en el mar, sobre todo hablar de las denominadas resacas. Aquello le hizo merecedor de un reconocimiento por parte del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, entidad pública que lo destacó entre uno de los seis héroes que han salvado vidas en la concurrida Península de Santa Elena. (I)

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