Los territorios de seis parroquias de Quito, que constituyen la mancomunidad del Chocó Andino, reconocido como la séptima Reserva de la Biosfera de Ecuador, son un santuario natural con infinidad de recursos-
Hay ríos, cascadas, bosques y producción agrícola que se vuelve turística, además de ser el hogar de mamíferos como el oso de anteojos, puma y el olinguito.
Está a solo 45 minutos del centro de Quito y a la fecha es más valorada y ha estado en el ojo del mundo, luego de que en las elecciones del domingo 20 de agosto de 2023 se hiciera una consulta popular para frenar la explotación minera metálica en escala pequeña, mediana y alta.
La propuesta de conservación obtuvo una respaldo del 70% de los votantes de Quito. Se refiere al Área de Importancia Ecológica, Cultural y de Desarrollo Productivo Sostenible conformada por las parroquias quiteñas de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto.
Según el guía ambiental Eugenio Reyes, la reserva natural alberga el 83% de diversidad, que congrega en sus 286.000 hectáreas. Tiene 12 tipos de bosques con 3.200 variedades de plantas, 140 especies de anfibios y 270 mamíferos, es un enclave ideal para realizar turismo de aventura, científico, académico, voluntario y educativo, en donde se admira la formidable flora y fauna de la región.
“Allí los espectaculares paisajes y los silbidos de las aves acompañan a los senderistas en sus aventuras e imprimen a los caminos del Chocó Andino un ambiente mágico y turístico. Hemos trascendido fronteras, hemos ganado la protección del área y la conservación crucial para el suministro de agua y los recursos híbridos de toda Sudamérica”, expresa Reyes.
Presentamos, a continuación, un desglose que cada parroquia tiene en materia turística.
Cabe destacar que cada una de ellas forman parte de la ruta turística Aquicito, que muestra la belleza, los balnearios y demás atractivos de la Capital.
Lo que tienen las seis parroquias donde ganó el sí en la consulta
Conociendo la parroquia Nono
La cascada Guagrapamba tiene una caída de agua cristalina de cinco metros que desciende desde el volcán Pichincha.
La parroquia Nono es un paraíso turístico en las faldas del volcán Pichincha, en donde se practica el turismo ecológico, cultural y de aventura. Para llegar ahí se debe conducir por una vía sinuosa desde Cotocollao, en el noroccidente de Quito. Para ir en bus el pasaje es de $ 1.
Rosa Cisneros, guía local, dice que al pisar el lugar se puede sentir como si se hubiera hecho un viaje al pasado. Allí las calles silenciosas, las viejas casas de gruesas paredes de adobe y los ancianos sentados en la plaza central, hacen que los visitantes se olviden del ruido de Quito y sientan como si el tiempo no pasara o lo hiciera muy lento.
Cisneros indica que la cascada de Guagrapamba, comprende una enorme caída de agua que desciende desde el volcán Pichincha. Aunque el clima en la zona es muy frío, los viajeros pueden optar por tomar un baño relajante en la cascada. El ingreso a este lugar tiene un valor de $ 2 por persona.
Detalla que para llegar al cañón en el que está la cascada se debe caminar por 30 minutos por un sendero, donde los árboles forman túneles. En sus ramas cuelgan flores de mientras diferentes especies de pájaros vuelan alrededor.
Dentro de la zona protegida también hay una cueva donde vive una familia de búhos.
“Tras una caminata que no exige mucho esfuerzo pero sí toma tiempo, los visitantes llegarán a la cascada que desciende desde el volcán Pichincha. En días calurosos la mejor opción es tomar un baño en la cascada, acampar o preparar asados”, comenta.
Para los turistas que llegan a Nono en bicicleta deben tomar la ruta que va desde Nono hacia Alaspungo.
También hay espacio para el ciclismo, con rutas señalizadas.
Otra de las actividades a realizar es la observación de aves en las reservas Yanacocha y Tandayapa. También se practica senderismo en la reserva Orquideológica Pahuma.
De paseo por Calacalí
Desde un mirador se contempla se divisan montañas y el valle, entre las nubes. Hay un sendero para llegar allí.
La parroquia Calacalí, al noroccidente de Quito, dispone de ofertas de turismo comunitario; por ejemplo, Yunguilla es el lugar ideal para escapar del estrés y ruido urbano en un relajante bosque nublado, a solo 45 minutos de Quito.
Martha Mites, guía de turismo, asegura que este es el único lugar de Quito enclavado entre el Pululahua y las reservas de Maquipucuna y Pahuma. Ofrece una experiencia turística con actividades de naturaleza, senderismo, experiencias rurales agrícolas, culturales y gastronómicas.
Yunguilla tiene un mirador llamado El Chochal, rodeado con varios senderos para hacer caminatas desde 1 hasta 8 horas, sea en los caminos precolombinos de la zona o dentro de bosque primario, siguiendo las huellas de los osos de anteojos que habitan ese lugar. Además hacen trekking a reservas y lodges aledaños.
Este agradable espacio natural, no solo es el hogar de los osos, sino también de colibríes, y tucanes. Allí los comuneros enseñan a los visitantes a ordeñar vacas, preparar quesos, trabajar en un huerto ecológico o disfrutar de la producción de una mermelada con frutas de la zona.
Al turismo rural de Calacalí, territorio de la mancomunidad del Chocó Andino, se suma el museo Templo del Sol y Carlota Jaramillo, que son dos espacios para conocer sobre la cultura, historia y astrología.
También destaca el monumento original a la Mitad del Mundo; la práctica de senderismo y campismo en la Reserva Geobotánica de Pululahua, una área protegida para la observación de flora.
Los turistas experimentan vivencias en paisajes naturales y agrícolas, como el ordeño y cuidado de vacas.
Visita a la parroquia Nanegal
Nanegal se halla en el noroccidente de Quito, una zona llena de bosques, ríos y cascadas y parte del Chocó Andino. Ofrece experiencias de ecoturismo en la comunidad de Santa Lucía, en medio del bosque nublado. "Es un área protegida con una extensión de 700 hectáreas que comprende el bosque prístino o intacto y el bosque secundario”, señala Celia Riofrío, guía ambiental.
En Santa Lucía se realizan caminatas por los senderos, en el bosque, pesca, observación de aves, animales y paisajes; visitas a las cascadas y el río Grande, y el cultivo de hortalizas y verduras en un huerto orgánico.
Riofrío acota que en la reserva de Santa Lucía se han identificado 1.250 especies de plantas y una enorme variedad de orquídeas y bromelias. Entre las 45 especies de mamíferos se destacan el oso de anteojos, el armadillo y la guanta. Existen cerca de 325 especies de pájaros como el gallito de la peña.
“Más allá de la vida natural se exploran restos arqueológicos, senderos construidos por los yumbos, montar a caballo, hacer rafting. La visita entre ida y vuelta toma cerca de 6 horas”, agrega.
Asimismo, se destaca la cascada La Piragua que se forma de la caída de agua del río Curunfo.
La primera caída tiene 20 metros de alto mientras que la segunda tiene cinco. Allí, las personas pueden disfrutar de un baño energizante. Además del sendero se puede visitar el mirador y el centro de interpretación.
La cascada La Piragua es el punto más visitado de la parroquia Nanegal. Su agua es cristalina y energizante.
En Nanegal está también la reserva Maquipucuna, un lugar donde se puede aprender y explorar la naturaleza con enfoque de conservación. Esta reserva, establecida en 1988, tiene cerca de 6.000 hectáreas, más del 90% es bosque primario. Allí se han identificado 1.960 especies de plantas, incluyendo 300 especies de orquídeas.
Entre las 82 especies de mamíferos se destacan el oso de anteojos, el puma, el armadillo y la guanta. Existen más de 400 especies de pájaros como el gallito de la peña. Maquipucuna es la primera reserva privada de Ecuador y un verdadero santuario de biodiversidad. En una de las áreas de bosque restauradas durante casi 40 años, la reserva recibe anualmente la mayor congregación estacional de osos andinos conocida.
Tiene un ecolodge boutique de 12 habitaciones, una estación científica con 6 habitaciones y zona de camping, además de 7 senderos que suman 20 km y un sendero preincaico de 12 km que conecta Maquipucuna con Yunguilla. Hay una cascada y vados del río Umachaca a menos de 15 minutos caminando desde el lodge.
Turismo en Nanegalito
El descubrimiento de las piscinas de piedra de Tulipe se remonta a unos 30 años. Alguna vez fue un planetario.
Nanegalito es otra parroquia rural de Quito que está en la reserva del Chocó Andino. Se sitúa en medio del bosque nublado en las faldas del volcán Pichincha, acreditada por sus habitantes como la población donde nacen las nubes.
Sergio Cáceres, guía local, señala que hay dos lugares turísticos para visitar en Nanegalito.
El primero es el centro ceremonial de Tulipe, que permite vivir una práctica ancestral, étnica y arqueológica, además de caminar por los atajos ecológicos que se transportan hasta el torrente Tulipe.
Muestra la riqueza cultural de la población Yumbo, en tres hectáreas divididas en dos partes. El museo, que es un lugar de propagación; y el exterior, las piscinas secas o eje ceremonial, que quedan como evidencias arqueológicas.
Las piscinas poseen formas esféricas, cuadradas y rectangulares. En ellas los shamanes ejecutaban ceremonias y rituales al Sol y la Luna y en la actualidad allí se festeja, en septiembre, el Equinoccio, fiesta por la productividad desde la cosmovisión indígena.
Asimismo, los sabios las usaban como espejos y contemplaban el cielo irradiado en el agua para sus publicaciones astronómicas.
Quienes asistan al sitio tienen la oportunidad de caminar por entre árboles y plantas medicinales y ornamentales que rodean el río Tulipe a lo largo de un kilómetro para alcanzar a la séptima piscina, donde se hacían ritos de purificación.
Las formas geométricas de las piscinas y los petroglifos que están bajo cascadas y lodosas orillas dan una energía única.
Belleza natural de Gualea
Gualea, una de las parroquias del noroccidente de Quito y ubicada a 78 kilómetros de la ciudad, es uno de los destinos turísticos más apetecidos por nacionales y extranjeros. Un sitio mágico entre naturaleza y vestigios arqueológicos de los yumbos,
Humberto Almeida, guía, manifiesta que a 10 minutos de la parte central de la parroquia está la finca agroturística Las Taguas que ofrece camping, alimentación, caminatas, visita al trapiche y la cascada El Rosario. Solo por $ 3, el turista puede descender a la cascada del lugar, bañarse en sus cristalinas aguas y de regreso beber un vaso de jugo de caña, con unas gotas de limón, para recuperar las fuerzas.
Gualea tiene cascadas, bosques primarios, flora y fauna de colibríes y tucanes, además de ricos platillos como el caldo de gallina y tilapia frita. Las personas interesadas acuden al sitio tomando la vía Calacalí-Nanegalito-Armenia-Tulipe-Gualea. Existen buses de las cooperativas Otavalo y San José de Minas que realizan turnos hasta la zona por $ 3.
El jugo de caña de azúcar es una bebida a la que se le atribuyen propiedades medicinales.
Desde el ingreso a Gualea se siente un olor a caña de azúcar hervida, materia prima para la producción de jugo, aguardiente y panela en polvo. Este último producto es actualmente de exportación hacia Europa.
Mientras que en el parque central de la parroquia está un pequeño local para la comercialización de esos productos y de una variada gastronomía.
Atractivos turísticos de Pacto
La parroquia de Pacto posee un elevado potencial turístico, debido a su gran cantidad de atractivos propios de la zona del Chocó Andino en el occidente de Quito.
Martha Aristega, guía local, detalla los diferentes recursos turísticos de la zona:
- Cascada Gallito de la peña: Por su cercanía al centro poblado de Pacto, la cascada Gallito de la peña se convierte en la más visitada; con una corta caminata, siguiendo por el margen derecho del río Chirapi, aparecen las entradas a los seis vados, ideales para la natación; sus aguas son cristalinas.
- La caída de agua de cinco metros de altura forma una poza de igual diámetro. La vegetación es diversa entre árboles de aluguillo, planta de coca, paja toquilla, caucho, y la chira, además de balsa y bambú. La fauna del lugar tiene al gallito de la peña, el ave cuco ardilla, la tangara, ardillas, ranas, entre otros.
- Cascada del Duende: Posee una caída de agua de 8 metros, con una profundidad de 2,70, volviéndose apta para los saltos y la natación; el agua es limpia y transparente bordeada por una diversidad de flora.
- Su nombre se debe a que del lado derecho del río existe una cueva, que según los lugareños es el hogar de un pequeño personaje mágico llamado Duende. Esta cueva es de poca altitud y una profundidad desconocida; se soporta gracias a una gran roca central y es el hábitat de murciélagos y el guatuso, que usa la cueva como guarida.
- Tinas de Agua: De junio a agosto, cuando el nivel del agua es mucho más bajo, se puede apreciar a lo largo del rio Pachijal un conjunto de tinas de agua formadas naturalmente en grandes rocas; son utilizadas para baños relajantes, además de pesca de peces como la sabaleta, tilapia, muélanos, mojarra, guaña, erambe, preñadilla.
- Reserva El Shamar: Shamar significa preserva y él cuida. Consta de 46 hectáreas, 6 son trabajadas y el resto del es bosque cuidado con un sendero para aviturismo. En este lugar se puede realizar turismo de aventura como tubing, trekking, canyoning.
- Este es un proyecto amigable con el ambiente porque sus habitaciones son ecológicas con medidas de 9’5 metros con capacidad para 8 personas, batería sanitarias con composteras, maderas del lugar y piedras del río; realiza compostaje y abono natural para sus sembríos y cuenta con una piscina de 300 tilapias.
- Cascada El Rosario: Es de fácil ingreso debido a que es posible llegar en carro hasta la orilla del río Peripe y posee buena señalización el en sendero. La profundidad promedio es de apenas 40 centímetros y en las orillas se pueden observar pequeños brillos de oro, debido a la explotación minera artesanal.
- La caída de agua tiene una altura de 5 metros y gracias a que posee una escalera artificial a un costado, se puede escalar hacia la parte más alta.
Cada una de las cascadas de la parroquia Pacto, entre ellas la del Progreso, están rodeadas de bosque primario.
- Reserva Mariposa y Guañas: Fragmento de bosque primario donde se concentra una gran cantidad de enormes árboles tales como sande, tangare, caoba, guarapo, canelo, guayacán, caucho, entre otros. El mágico bosque esconde en su interior cuevas y cascadas; al recorrer sus senderos se aprecian árboles milenarios; en una cueva, el gallito de la peña anida tras un manto de agua.
- Mediante campamentos y convivencias, los jóvenes del club ecológico de San Miguel de Los Bancos trabajan en educación ambiental. Una elevada cascada de poco caudal es escenario para descender en rapel, mientras las playas del Pachijal dan espacio para acampar.
- Cascada El Progreso: El recorrido se ve marcado por la biodiversidad del noroccidente de Quito y los sembríos típicos del subtrópico, Cerca de la cascada existe un pequeño bosque de tagua, ideal para observar una variedad de aves endémicas. Esta caída de agua se ubica en el río Pisachi y cuenta con dos chorros; el primero, de diez metros con una fosa ideal para clavadistas; y el segundo de cinco metros con una fosa pequeña.
- Cascada Mariposa Azul: Ubicada en el río Sardinas, al sur de Quito, es ideal para quienes gustan de la caminata y del deporte extremo. Después de atravesar por unos cuantos sembríos, empieza el bosque secundario hasta llegar a la cascada.
- En el sitio se puede observar una diversidad de flores que conducen hacia la caída de agua de 50 metros sobre roca, apta para practicar deportes como la escalada y el rappel; otra alternativa es el canyoning.
- En este lugar se destacan además la variedad de insectos, sobresaliendo la mariposa azul, singular especie de mariposa con alas azules con filos negros, motivo por el que la cascada lleva su nombre.
- Cascada Tres Marías: Son 79 hectáreas que forman parte de la reserva Mashpi, en donde el sendero aún conserva características de bosque primario.
- Con un recorrido cuesta abajo se puede apreciar especies nativas de flora y fauna; las cascadas son tres caídas de agua con un total de 40 metros de altura; el agua es cristalina y en estado puro, en la que se puede practicar trekking y canyoning. (I)