Los baños termales de San Vicente, en el cantón Santa Elena, son un gran atractivo familiar. Son sinónimo de salud, de bienestar, un lugar donde las familias o amigos se conectan con la tierra y el agua. Ellos se sumergen en el agua mineralizada y el barro medicinal y sienten beneficios para su salud,que para algunos es un efecto milagroso.
El atractivo principal es poza natural termal, además del denominado cráter de fango. Los baños termales de San Vicente son conocidos desde tiempo remotos por los aborígenes y luego por los colonizadores. Han sido objeto de múltiples análisis por parte de renombrados médicos y especialistas que recomiendan los efectos de estos baños termales y del lodo producto del “volcancito”.
Aguas termales milagrosas
A la piscina de aguas termales pueden acceder personas de cualquier edad, ya que no son profundas.
Fulton Ramírez, representante del complejo turístico, relata que el nombre oficial del sitio es Telesforo Villacres en homenaje al empresario guayaquileño que en 1922 comenzó a explorar las cualidades medicinales del sitio y más tarde sacaría provecho para aliviar los males de algunos visitantes que llegaban hasta San Vicente.
Ramírez comenta que dentro de las cuatro piscinas reposan piedras que son parte de sus fuentes termales subterráneas. Desde el centro brota el agua que, se cree, tiene bondades medicinales y se distribuye en la piscina para que esta sirva de terapia para dolores articulares, musculares y lesiones.
“El agua termal que emerge por presión del vapor alcanza temperaturas de entre 32 y 43 grados centígrados y acarrea distintos minerales que son muy beneficios para la salud, especialmente con beneficio para los adultos mayores que son quienes más dolores sienten a su edad”, expresa.
Ángela Coello, de 80 años, afirma que ella visita con frecuencia San Vicente por su mejoría en el sistema nervioso y por la relajación mental que siente. “Mi sistema digestivo ha mejorado mucho”, acota la mujer de la tercera edad, quien añade que llega al atractivo el último sábado de cada mes y permanece 15 minutos en la piscina; con esa terapia, asegura que ha mejorado su salud.
Piscina de lodo volcánico
Los turistas se aplican el lodo volcánico; algunos dentro de la piscina otros a sus orillas para tomar del sol.
Quienes llegan hasta los baños termales de San Vicente no solo se llevan una experiencia con las aguas mineralizadas, sino también con el lodo volcánico compuesto de minerales naturales como cloro, yodo, sodio, calcio, magnesio, hierro, aluminio y sílice. Este lodo reposa en una piscina abierta a una temperatura de 29 grados centígrados y con él se puede cubrir todo el cuerpo para así absorber todos los componentes existentes en la tierra.
Rosa Parra, terapéutica del complejo, sostiene que la particularidad de absorber dichos minerales en el cuerpo es que se aplican reactivados por estar a temperaturas de hasta 40 grados. “Los turistas se pueden aplicar con sus propias manos un barro medicinal volcánico al aire libre con todo el fango que usted desee. En caso de una atención personalizada, me pongo a disposición de hacerles masado de barro o sábila con más cautela”, menciona.
Rosa considera que el barro desinflama y purifica la piel, mientras la sábila hidrata y humecta. A eso se suman los tratamientos con velas, así como los terapias de relajamiento corporal que poco a poco han ido convirtiendo a San Vicente en cuna de varios esparcimientos.
Precios
- Para ingresar al complejo, el costo de la entrada es de $ 3 adultos y $ 1,50 niños y tercera edad.
- En caso de un masaje personalizado con sábila o barro medicinal, el costo es de $ 10.
Horario de atención
Disponible de lunes a domingos y feriados de 08:00 a 17:00. Se recomienda a las personas interesadas que permanezcan tres horas sumergidos para que el tratamiento surta efecto.
Ubicación
Se encuentra en el kilómetro 104 de la vía Guayaquil-Santa Elena. Se toma el desvío a San Pablo y a 5 kilómetros está la entra a los baños termales de San Vicente. Hay señalización visible para quienes van por primera vez. (I)