Mario Tapay elabora, en Nizag, pan de trigo, de máchica, avena o maíz; tiene demanda de transportistas y turistas

Pan de trigo hecho en horno de leña. Tan solo decirlo y dan ganas de probarlo. Pero es otro nivel saborearlo después de ver cómo se amasa la harina, se da forma a las porciones, se coloca una porción de dulce de frutas o de sambo y sale del horno luego de la cocción. La elaboración de pan de trigo es la rutina diaria de Mario Tapay Mendoza, en el sector Nizag, cantón Alausí, en Chimborazo.

La producción artesanal de Tapay es variada. Hace empanadas de queso, de mermelada de sambo, de piña o de fresa. Además de harina de trigo, hace también pan de máchica, de avena y de maíz. Todos estos bocados son cocidos en horno de leña.

Saborear ese pan es darse un festín que pocos pueden hacerlo. Aún más rico resulta disfrutarlo con un café de habas, que Tapay también lo comercializa en su panadería-vivienda ubicada a un costado de la vía Alausí-Chunchi, parte de la Panamericana  Riobamba-Cuenca.

La harina sale del trigo, ¿pero qué diferencia tiene la que usa Tapay para su pan? “Al hacer la masa se diferencia. Por ejemplo, la harina blanca (industrial) tiene mucha elasticidad; la que decimos harina de trigo no tiene mucho. También hay que conocer los trigos. Nosotros sembramos el trigo y también compramos en Nizag, en Guasuntos, en La Moya y otras zonas de aquí”, explica Tapay.

Tapay compra o cosecha el trigo, lo escoge y manda al molino. Por eso lo considera pan saludable y sus principales clientes son los camioneros u otros transportistas y también cientos de turistas que llegan a Alausí, a Chunchi o van de paso desde la Sierra centro a Cuenca o Azogues o viceversa.

Luego del deslave que arrasó un tramo de la Panamericana y un barrio de Alausí, hace cuatro meses, tiene menos clientela, pues el paso de automotores de da por rutas alternas algo distantes de la panadería de Tapay, que bordea los 40 años y tiene como sello su amabilidad. Su esposa, María Alegría Vacacela es su mano derecha en las labores de panadería.

Pese al esfuerzo mayor, que va desde escoger el trigo o las otras harinas, el precio de todo tipo de pan es de 20 centavos de dólar. El pan es más consistente que aquel que se hace con harina industrial y levadura.

El pan de leche vale 25 centavos de dólar, pero su tamaño es del doble de un pan de panadería de ciudad. Vale 20 centavos también el pan que tiene de relleno el dulce de sambo, producto familiar del zapallo que se lo prepara en forma de mermelada con panela.

La tasa de café de habas, para saborear con el pan de horno, se ofrece gratis en el local de Tapay, como cortesía. Si desea llevar el producto a casa hay unos sobres que se comercializan a dos dólares.