Los más de 40 mil habitantes que tiene Puyo, la capital de Pastaza, comparten su vida en medio de una impresionante vegetación, fauna, ríos y cascadas, todos ellos como un colorido abanico que atrae el turismo y resalta la biodiversidad que posee la Amazonía ecuatoriana.
Caminar por la selva es ir casi siempre en compañía de un vieja amiga, la lluvia. En Puyo se conserva un turismo consiente para evitar que cerca de 8.000 especies corran el riesgo de desaparecer.
Nacionales y extranjeros han hecho de este rincón del país uno de los más visitados, por su comodidad en cuanto a descanso, diversión y aventura lejos de la ciudad.
Su río Pastaza, es el principal referente, que no solo brinda la oportunidad de ser observado y contemplado, sino también de darse un baño temerariamente saltando desde varios metros de altura.
Hay también otras razones para visitar y hacer turismo en Puyo, inclusive para los amantes de deportes extremos, su caudaloso río brinda las mejores condiciones para practicar el rafting, tubbing, canyoning y kayacking. Cada actividad tiene un precio de $ 15 por persona.
Y para quienes opten por algo más seguro y que genere el mismo vertigo, existen complejos recreativos y balnearios como el popular parque acuático, en donde las olas artificiales son el deleite de los bañistas.
Río Pastaza es un largo río sudamericano de aguas blancas que discurre por Ecuador y el Perú.
Platos como el ceviche de caracol, palmito, el sancocho de bagre, la chicha de yuca son delicias del Puyo, pero si lo que busca es el plato típico de la ciudad, lo mejor es trasladarse hacia el barrio Obrero para pedir un ceviche volquetero, acompañado de granos de la Sierra.
Otra razón para hacer turismo en Puyo es ir por una limpia de males con los shamanes especializados en esta práctica ancestral. Ellos adoran al agua, tierra, sol y fuego.
Aventura en la selva
Cascada de la Juventud es una de las favoritas de quienes visitan Puyo, capital de Pastaza, en la Amazonía.
Paisajes maravillosos, agua cristalina e historias de misterios que envuelven su creación hacen del Puyo uno de los sitios más destacados a la hora de hacer turismo.
Carlos Freire, guía turístico, indica que entre los puntos que no se pueden dejar de visitar está la cascada de la juventud, adonde se llega luego de una larga caminata por senderos ecológicos con vegetación nativa, frondosos árboles y agrestes caminos.
"Nos adentramos al sitio en un recorrido de más de una hora, pero es plenamente compensado por este paradisíaco lugar, escondido en parte de la selva", acota.
Dice que tras un baño en las cascadas y hacer fotografías, los turistas inician el ascenso de regreso por la reserva ecológica Yazasi. El costo de la actividad es de $ 12 por persona, ya que incluye un guía personalizado que les detalla flora, fauna, historia y demás del atractivo.
Freire agrega que las mañanas en Puyo son ideales para ir a los dos miradores ecológicos. En Mira Mera hay globos, nidos, columpios y si el visitante se anima puede descender y admirar la vegetación y montañas de la Amazonía.
“Si está al alacance del presupuesto del turista, aún hay algo más por visitar. Aquí también se puede contratar los servicios de Aerosarayacu, para un sobrevuelo y visita a una comunidad de nativos amazónicos", explica el guía.
Una aventura en cualquiera de los miradores del Puyo tiene un costo de entradas de $ 3 adultos $ 2 niños.
Rituales de shamanismo
Ser parte de los rituales o shamanismos en el Puyo, es sentir de cerca el poder de la naturaleza y animales.
El poder del shamanismo y la curación se puede conocer de cerca. Escuchar las historias de los hijos de la selva que miran cómo sus cascadas, árboles y ríos habla por ellos, es una experiencia única. Sus alimentos recién cosechados, la caza, la pesca, el despertar selvático en sus cabañas y pasear en canoa, reviven sus ancestrales formas de vida.
Reinaldo Chango, espiritista de la comunidad Cotococha, ubicada a 16 kilómetros de la vía Puyo – Macas, dice ser un hombre privilegiado, poseedor de habilidades especiales y una gran sabiduría con un lugar en la escala social de su comuna. Él lleva haciendo limpias por más de 50 años, un legado inmaterial de las culturas originarias.
Chango señala que es gracias a sus prácticas ancestrales que él y otros espiritistas hacen de Puyo, una ciudad que le apuesta al turismo intercultural, con el fin de que los visitantes conozcan de las costumbres y sabores que han acompañado desde tiempos remotos a los grupos originarios de la Amazonía ecuatoriana.
“Participar en una ceremonia de sanación es una oportunidad única para conocer la cultura autentica presente en nuestro pueblo ancestral. Con el shamanismo hay un solo fin y es el curativo”, cita el shamán que para sus rituales de curación usa los cuatro elementos del planeta, fuego, aire, agua y tierra, además de brebajes e infusiones.
Resalta que cada ritual de sanación tiene sus propios intereses. El shamán alista la mesa con sus elementos de limpia, luego detecta en sus atendidos la necesidad.
El ritual dura entre tres y cuatro horas y termina con la limpieza energética del paciente. Cada limpia tiene un costo de $ 35 por persona e incluye los materiales de sanación, además de artesanías y lociones.
“Nuestra tarea principal es aliviar y buscar el equilibrio energético entre el individuo que hace uso de sus servicios y la naturaleza. Por años nuestra comunidad es conocida por las limpias y justamente de esa virtud decidimos que la practica sería un actividad o atractivo más a la lista de qué debo hacer si hago turismo en el Puyo”, señala el shamán.
Durante la ceremonia se suele pintar el rostro de los pacientes con el fin de mantener viva la conexión.
Su propio plato típico
Volquetero o de atún es como se lo conoce a este exclusivo ceviche muy propio de la ciudad del Puyo.
Degustar un ceviche volquetero en el malecón junto al río Puyo es parada obligatoria, así lo asegura el chef René Malavé, un experto en la preparación de dicho plato típico.
Él exterioriza que el ceviche volquetero se originó en la región Amazónica, específicamente en el Puyo y ya es un referente del turismo.
Malavé cuenta que a diferencia del ceviche tradicional de pescado, esta receta se prepara con atún enlatado, y como su nombre lo indica, seguramente empezó como un plato rápido que usa ingredientes de fácil alcance, por eso su precio no pasa de los $ 3.
“Ceviche volquetero o de atún ecuatoriano se prepara con atún enlatado, cebolla, tomate, jugo de limón, cilantro y se sirve con chifles, chochos, maíz tostado y ají o salsa picante al gusto. Aquí se lo come como pan caliente”, detalla el chef.
Añade que la comida nacional, internacional y gourmet no faltan en Pastaza. Hay sabores de la selva como los chontacuros asados, maitos de tilapia, caldo de carachama, chicha, chonta, yuca, naranjilla, la caña y sus derivados que saben mejor en su tierra de origen.
Hospedaje en cabañas
Habitaciones con vista panorámica al verde y azul que predomina en los paisajes de la selva Amazónica.
Despertarse en una habitación confortable para luego en familia o entre amigos conocer los diques, el malecón, zoológicos, centros botánicos y restaurantes forma parte de la aventura de Puyo y su diversidad en turismo.
Quienes llegan a la ciudad podrán despertar en medio de la naturaleza y con el cántico de las aves. En Puyo hay hospedajes o cabañas familiares desde $ 10 por persona y hoteles más modernos con precios de hasta $ 90.
¿Cómo llegar al Puyo?
Ir desde Guayaquil hasta el Puyo, Pastaza, toma entre siete y ocho horas de viaje. El valor del pasaje en cooperativas de transporte público es de $ 13 más las tasas de la terminal que varía según la localidad. Desde Cuenca el viaje es más corto, tres o cuatro horas, y desde Quito los buses demoran entre seis y siete horas. (I)
