El cantón Baños de Agua Santa es conocido por las piscinas de aguas termales provenientes de las entrañas del volcán Tungurahua, se dice que tienen poderes curativos; también es un balneario reconocido por sus encantos naturales, pero el punto obligado de los turistas que llegan a la ciudad es visitar la iglesia conventual de Nuestra Señora del Rosario de Agua Santa.
La iglesia, ubicada en el centro de Baños, al frente del parque Central, se comenzó a construir en 1902 y se lo inauguró en febrero de 1944. Eso habla de su historia y desde esa fecha, la imagen de la virgen Nuestra Señora del Rosario de Agua Santa permanece en este templo.
La arquitectura de la iglesia, de acuerdo a algunos expertos, es de estilo neogótico; los planos originales llegaron desde Bélgica encargados por fray Tomas Halflans, que fue párroco de entonces pero que no pudo ver terminado su sueño de erigir el nuevo templo en honor a la virgen porque falleció en en año 1909.
En 1929 se terminaron las torres y la construcción quedó en obra gris; luego, con la llegada de fray Sebastián Acosta, como prior en 1939, se decide terminarla y para ello se lo llevó a fray Enrique Mideros, que fue fraile dominico que nació en San Antonio de Ibarra, provincia de Imbabura.
Precisamente la decoración de la iglesia en techos, paredes, así como los cuadros gigantes, algunos de ellos sobre los milagros de la virgen, fueron obra de fray Enrique Mideros, que trabajó hasta 1944, obra que lo hizo bajo la dirección del fray Acosta.
La iglesia se edificó con piedra volcánica llevada desde las minas de basalto volcánico en el sector Illuchi, cargadas también por fray Halflans, quien, según algunos historiadores, cuando falleció tenía en su espalda las cicatrices dejadas por ese trabajo.
La iglesia del santuario de Baños incluso soportó el terremoto del 5 de agosto de 1949, cuyo epicentro fue en Pelileo y destruyó gran parte de la provincia de Tungurahua. El templo no sufrió ningún daño, cosa que muchos lo asumen como un acto milagroso ante la presencia de la virgen Nuestra Señora del Rosario de Agua Santa.
La devoción
En su interior se puede observar una colección de murales que describen los milagros locales, atribuidos a la Virgen.
La devoción de los baneños hacia la virgen del Rosario de Agua Santa se remonta a cientos de años; la declararon patrona del cantón. Se dice que por su protección a Baños no le pasó absolutamente nada en las erupciones del volcán Tungurahua, que según los registros la primera se remonta a 1523, siendo la más fuerte en 1884.
Se dice que una de las más grandes erupciones fue en 1797. Los relatos señalan que se genera el milagro mientras se hacía una procesión con la virgen Nuestra Señora de Agua Santa, pues ¿se detuvo la erupción del volcán. Por esa razón, todos los segundos domingos de carnaval, el pueblo baneño le hace una misa en honor de reconocimiento por la protección.
En la evacuación de los baneños entre el 16 y 17 de octubre de 1999, como consecuencia del último proceso eruptivo del volcán Tungurahua se obligó a que casi 17.000 pobladores dejen la ciudad. Sin embargo, algunos se negaron a hacerlo, ellos fueron los sacerdotes dominicos Julio Agüero y Neptalí Acosta, con el argumento de que son los custodios de la iglesia en donde se venera a la patrona y protectora del cantón.
Museo-Basílica
José Ballesteros, director del museo Fray Enrique Mideros, advierte que el santuario Nuestra Señora del Rosario de Agua Santa está compuesto por la iglesia, el convento antiguo y en una parte adscrita está la gruta en donde los peregrinos depositan velas en agradecimiento o petición a la imagen de la virgen. Ahí se encuentra una imagen pequeña, réplica de la original que está en el templo y que es venerada por miles de fieles.
También están las aulas de la catequesis, así como el convento nuevo en donde habitan los frailes y funciona la radio La Voz del Santuario.
El museo en Baños tiene cuatro salas. La de pintura, con obras de fray Mideros, así como una del siglo XVIII de un artista anónimo y otras del siglo XIX; la de esculturas, con imágenes religiosas que datan desde el siglo XVIII; la de arqueología, con objetos precolombinos de la Costa y la de animales disecados.
Valor de la entrada
- $ 1 los adultos.
- $ 0,50 niños.
Horario de atención
Todos los días, incluidos fines de semana y los feriados, abre de 08:00 a 18:00.