Santa Ana es un cantón privilegiado de Manabí. Destaca por su patrimonio natural y de turismo, que se muestra en las montañas colosales y ríos. Aquello ha permitido que los visitantes desarrollen una conexión especial con la naturaleza, degusten de la exquisita oferta gastronómica y sientan una especial calidez humana.
Por tradición es cuna de pensamientos y valores culturales muy representativos en el pueblo manabita. Por ejemplo, en la zona rural aún se mantienen las viviendas de caña guadúa, mientras que en la zona urbana se hicieron a un lado para dar paso al enquinche y actualmente visualizar una arquitectura moderna.
Recostada a las márgenes del río Portoviejo y vigilada por las majestuosas torres de su iglesia, Santa Ana es un pueblo con potencial productivo. El pasado lunes 17 de abril de 2023, Santa Ana de Vuelta Larga (así se la conoce) festejó sus 139 años de cantonización.
Este cantón manabita es también parte de las tradiciones como fiestas religiosas y velorios, además de actividades que no mueren, como el tejido de sombreros, una habilidad que la heredaron de los indígenas de la cultura manteña, que estuvo asentada en lo que hoy es Santa Ana.
Influencia de cultura manteña
Los manteños constituyeron una cultura precolombina y fueron quienes contemplaron las naves españolas.
Betsy Valdiviezo, guía de turismo local, señala que la cultura manteña se desarrolló entre los años 500 y 1.500 después de Cristo, determinando así que a la llegada de los españoles, Santa Ana estaba poblado por tribus de dicha cultura.
Comenta que, con el paso de los años, en Santa Ana se encontraron vestigios cerámicos que no cuentan con el aval de una investigación mediante la cual se establezca qué culturas influyeron en dicho territorio. “Se especula que fueron las tribus de la cultura manteña, que se desarrolló en las provincias de Manabí y Guayas para luego adentrarse en la región montañosa”, dice.
Valdiviezo detalla que entre los objetos encontrados y que se conservan en distintos establecimientos del cantón, hay semillas de piedra en forma de U con altos y bajos relieves que representan a seres humanos, monos y aves; láminas de piedra con bajo relieve con mujeres desnudas.
Recursos forestales e hídricos
La represa de Poza Honda es un obra hidráulica construida en la parte alta del río Portoviejo. Foto de Manabí Presente.
Parte de la oferta de turismo en Santa Ana lo constituyen sus recursos forestales e hídricos, con sitios obligados a visitar los fines de semana o feriados por ser espacios de diversión y amigables al ambiente.
Andrés Romero, otro de los guías de turismo, indica que el embalse de Poza Honda es uno de los principales atractivos turísticos. Allí se hacen paseos en lanchas sobre 12 kilómetros que son marcados por abundante vegetación y fauna de la parroquia Ayacucho.
Romero señala que Poza Honda es una represa construida en tierra, con núcleo de arcilla impermeable y un gran embalse de agua, idóneo para el turista practique la pesca deportiva y otros deportes acuáticos sin motor como el kayak, velerismo, etc.
“Durante los viajes en pangas o canoas, a un costo de $ 3 por persona, se disfruta de hermosos paisajes marcados por la vegetación, el ganado, las típicas viviendas construidas con caña de guadúa y de la actividad del hombre y mujer de campo”, señala.
Recalca que un paseo por la reserva artificial es gozar de la observación de la naturaleza, ya que en la mayoría de ocasiones están acompañados por una variedad de aves que con su canto avizoran el cambio de estación al campesino, mientras que, con la lluvia, nace el arte de la germinación de la semilla, en la que el agricultor pone su esperanza para subsistir.
En la cascada de San Ramón, miles de turistas se dan cita los fines de semana y feriados. El ingreso es gratuito.
Por otro lado, Luis Rico, guía, indica que los balnearios de agua dulce son lugares únicos para el disfrute en familia. De hecho, en la parroquia Honorato Vásquez existe la cascada San Ramón, ubicada a 600 metros en la vía hacia la represa Poza Honda.
Sostiene que para acceder al atractivo se camina aproximadamente unos 25 minutos dejando el sendero atrás, para luego empezar a avanzar por el cauce del río, localizado al margen izquierdo.
“Entre piedras, agua y vegetación abundante se continúa hasta observar a la derecha las señas de un estrecho sendero que direccionan al salto de agua que llama la atención desde lejos”, expresa.
Adiciona una aventura por la cascada de Taina Adentro, Las Palmas, que mantiene su caudal en temporada de invierno, especialmente en los meses de marzo y abril. Para llegar hasta la cascada hay que dejar el vehículo y caminar aproximadamente 15 minutos.
También recomienda vestir ropa cómoda y zapatos que le permitan al turista movilizarse fácilmente. “Cuando el estrés agobia, cuando se requiere un descanso o cuando necesitas pasar tiempo en familia hay que visitar las cascadas que ofrece Santa Ana”.
Tradiciones manabitas
El caldo de gallina criolla o de pollo es un plato característico de este cantón manabita. Tiene un costo de $4.
Otro de los aportes al turismo de Santa Ana es la Casa de los Abuelos, que tiene un sello indeleble entre la cultura y el turismo ecológico. Allí se resaltan las tradiciones y fiestas en honor a las Rosas y Ramones que se celebra cada fin de mes de agosto, además de la fuente de atracción como lo es el rodeo montuvio.
El guía Rico agrega que en Santa Ana, como todo Manabí, se destaca la gastronomía, reconocida por su exquisito sabor, en especial el caldo de gallina criolla. Resalta que también hay locales asentados en parajes al borde del río o cascadas, la mayoría en hornos de leña.
“Los comuneros ofrecen desde empanadas, seco y caldo de gallina criolla, tonga, tortillas de maíz y yuca, corviches y otras delicias para el paladar más exigente. Esta fusión de bañarse en el río o cascada y disfrutar de alimentos en medio de plantaciones de cañas de guadúa generan un sosiego inédito en los turistas. Los precios van desde $1 hasta $5”, puntualiza.
Hospedaje en Portoviejo
Hay oferta variada en Portoviejo, a 13 km de Santa Ana. Hay hoteles de $ 80 la noche así como de $ 20 por persona la noche. El costo puede variar dependiendo de los servicios ofertados por los establecimientos turísticos. (I)
